Aburrida de las superficialidades y riquezas desbordantes que me da la vida, decidí enmendarme y cambiar mi rumbo, dirigir mis pasos hacia la ayuda social para poder dejar un legado no sólo por mi belleza, sino también por la caridad.
Y es así como cree la “Fundación para lolas rubias con extensiones de cabello, criticadas por la sociedad sólo por lucir bien” que está orientada a proteger y dar apoyo psicológico a mujeres de
Abrumada por las ansias de ayudar, salí un viernes por la noche repartiendo ponchos color rosado con mostacillas por las discotecas más conocidas y faranduleras a las jóvenes que se veían friolentas, además de acompañarlo con una sana comida para pasar la velada (sushi y pisco sour light).
Lamentablemente no todo es color de rosa, mientras realizaba mi obra de amor se cruzaron unos hombres de lo más desaliñados, con sus uñas sin manicure, sus ropas sin combinar entre sí, y lo peor… su cabello sin lavar!! Pidiendo con cara de hambrientos que les diera alguna moneda o comida, pero como les iba a dar algo de lo que tenía si debía entregarlo a quienes realmente lo necesitaban.
Ps: hay veces en que me gustaría no ser tan genial.